¡Menuda cantidad de recetas dulces llevamos publicadas seguidas! Vamos a parecer unas locas del azúcar...pero queremos demostrar que comemos salado, y siempre intentamos que sea lo más sano posible. Esta receta de Jamie Oliver es facilísima e ideal para sustituir el clásico pollo rebozado y frito por una versión más ligera y sana...¡además queda tiernísimo!
Se la dedicamos a una pareja única e irrepetible. Marta es de esas personas gracias a las cuales los grupos de amigos se mantienen siempre unidos. Generosa, cariñosa y detallista hasta lo inimaginable. Juanca, con su infinito sentido del humor (un sentido del humor que nadie entiende, según la propia Marta :). Se quieren y son queridos por los suyos. Y empiezan ahora una nueva aventura en la que les deseamos toda la felicidad del mundo.
Ingredientes:
1 pechuga de pollo
125g de yogur
la ralladura de un
limón
el zumo de medio
limón
4 hojas de albahaca
1 cucharadita de
jengibre fresco rallado
1 diente de ajo
picado
pan rallado
sal
pimienta
En primer lugar
cortamos la pechuga en tiras de unos 2 cm de ancho. En un bol mezclamos el
yogur con la ralladura y el zumo de limón, la albahaca picada, el jengibre y el
ajo picado. Salpimentamos e introducimos el pollo en esta mezcla para
marinarla. Tapamos y guardamos en la nevera durante una media hora. Mientras
tanto, podemos aromatizar el pan rallado mezclándolo con una cucharadita de
ralladura de limón, o de albahaca picada, a nuestro gusto.
Precalentamos el
horno a 190ºC. Retiramos el pollo de la marinada y lo rebozamos con el pan
rallado aromatizado. Colocamos las tiras de pollo a continuación en una bandeja
de horno y lo pintamos con un pincel ligeramente humedecido en aceite. Horneamos
durante unos 20 o 25 minutos, hasta que esté dorado.
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