Lerelelelerereeee, no queda nada para las vacaciones y estamos ansiosas ya por irnos a descansaaaar. Por eso hemos preparado un postre festivo. Nos hemos inspirado en la receta de una buena amiga, con la que compartimos mil y una pasiones, destinos de viaje y forma de ver el mundo. Casualidades de la vida, nos une a las dos una amiga maravillosa. Seguro que conocéis a Eva y su blog, pero de no ser así ya estáis tardando... Fresa & pimienta será a partir de ahora vuestro blog favorito :)
Ingredientes
Para el bizcocho:
4 huevos (códigos
00/01 gallinitas felices)
120g de azúcar
120g de harina
3 cucharadas de café
de té matcha
1 pizca de sal
Para el relleno:
250g de mascarpone
50g de azúcar glass
la ralladura de media
lima
el zumo de media lima
Para preparar el bizcocho, en
primer lugar precalentamos el horno a 180ºC. Separamos las claras de las yemas
y batimos estas últimas con el azúcar hasta obtener una mezcla blanca y
esponjosa. Añadimos progresivamente la harina y el té (tendréis una mezcla muy
espesa). En otro bol batimos las claras a punto de nieve con una pizca de sal. Incorporamos
en varias veces las claras a la mezcla de té matcha. Las primeras cucharadas
que incorporemos las mezclaremos enérgicamente, pero las siguientes las
incorporaremos delicadamente, con movimientos envolventes. Vertemos esta masa
en una bandeja de horno que habremos engrasado previamente, procurando
extenderla en un rectángulo lo más regular posible. Horneamos durante 12
minutos. Preparamos un trapo humidificándolo, y cortamos papel de horno del
tamaño de la bandeja. Al sacar el bizcocho del horno lo cubrimos con el trapo
húmedo y lo volcamos sobre éste. Cubrimos el otro lado del bizcocho con el
papel de horno y lo enrollamos sobre sí mismo. Dejamos que la masa del bizcocho
de humedezca.
Preparamos entonces el relleno.
Batimos el mascarpone con el azúcar, el zumo y la ralladura de lima. Batimos
bien para que nos quede una mezcla con textura de mousse. Desenrollamos el
bizcocho, lo cubrimos con el relleno y enrollamos de nuevo sobre sí mismo.
Dejamos enfriar en la nevera durante la noche para servirlo fresquito, decorado
con azúcar glass y algunas frutas.
Dulce tentación. Precioso pastel!
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