CRUMBLE DE MELOCOTÓN Y FRUTOS ROJOS

Hoy queremos presentaros una receta ideal para merendar, o como postre...vayámonos despidiendo ya de las frutas de verano, ¡que prontito estaremos estrenando recetas con las nuevas frutas que nos ofrece el huerto en otoño!

Queremos dedicarle esta receta a una fan incondicional de CHAS, amiga de hace muchos muchos años con la que nos hemos reencontrado, de momento, virtualmente. ¡Qué alegrías nos depara el blog! Volver a contactar con Lara nos hace recordar grandes momentos vividos con ella hace ya unos cuantos años en el Liceo: confesiones de adolescencia, alegrías, grandes pasiones... unos años inolvidables, de los que conservamos un muy buen recuerdo : ) 

Lara nos pidió consejo para preparar un postre que no tuviese chocolate, y que al mismo tiempo fuese vistoso y fácil de preparar. Y desde luego ella es una gran discípula de CHAS, de la que nos sentimos enormemente orgullosas, ¡las fotos que nos envió del crumble que preparó a partir de esta receta se veían increíbles!

Ingredientes

Cuatro melocotones hermosos

300g de frutos rojos variados

dos cucharadas de mermelada de moras (o de fresas, frambuesas...)

50 g de mantequilla

180g de mantequilla (a temperatura ambiente, muy importante!)

250g de harina integral

120g de azúcar moreno

una cucharadita de canela

una pizca de sal

En primer lugar lavamos bien los frutos rojos. Cortamos los melocotones en daditos pequeños y los salteamos durante unos diez minutos con la mantequilla (mmm el olorcito no tiene precio...).

Engrasamos bien una bandeja para el horno y ponemos en ella los frutos rojos junto con los melocotones y la mermelada (previamente mezclado todo ello).

En un bol, mezclamos en azúcar con la harina, la canela y la sal. Opcionalmente, podemos añadir unos copos de avena (la receta será más completa y sana!). Añadimos la mantequilla y lo mezclamos bien con los dedos. Tiene que quedar una textura granulada, más bien tipo pan

rallado. Cubrimos la fruta con la pasta del crumble y horneamos a 180ºC durante unos 45 minutos, o hasta que el crumble empiece a dorarse.

Lo ideal es comerlo caliente o tibio, acompañado de una bola de helado :)